Miles de migrantes enfrentan la deportación en medio de acusaciones de criminalización y negociaciones con el chavismo:
La comunidad venezolana en Estados Unidos enfrenta un golpe inesperado. Tras haber respaldado masivamente a Donald Trump en las elecciones de 2024, ahora sienten que el expresidente los ha dejado a su suerte. La reciente revocación del Estatus de Protección Temporal (TPS) de 2023, sumada a la eliminación de un permiso humanitario en la primera semana de su nuevo mandato, ha dejado a cientos de miles al borde de la deportación.
“Se suponía que Trump nos ayudaría a salir del chavismo, no a negociar con ellos y deportarnos. Nos están abandonando a nuestra suerte”, expresó a EFE una migrante venezolana en Miami que prefirió no revelar su identidad.
Entre lágrimas, agregó: “Esto es una traición”, mientras enfrentaba la dura realidad de que deberá abandonar el país antes del 2 de abril.
Venezolanos en riesgo: 350.000 migrantes afectados:
El impacto de esta decisión es devastador. Al menos 350.000 venezolanos quedan en riesgo de deportación, según organizaciones migrantes que se reunieron este lunes en Miami para condenar la medida.
“No todos los venezolanos somos del Tren de Aragua”, enfatizó José Antonio Colina, presidente de la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), en respuesta a las declaraciones de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.
El domingo, Noem aseguró que “los venezolanos que han venido a este país son miembros del TdA”, en referencia a la organización criminal nacida en las cárceles de Venezuela. Sin embargo, cifras del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de diciembre pasado revelan que el Tren de Aragua tiene solo 600 miembros activos en EE.UU., un 0,09% de los aproximadamente 700.000 venezolanos en el país.
Negociaciones con Maduro y vuelos de deportación:
El sábado, Trump anunció que el régimen de Nicolás Maduro aceptó recibir a los deportados venezolanos tras la visita de su enviado especial, Richard Grenell, a Caracas.
Grenell se reunió el viernes con Maduro, a quien EE.UU. no reconoce oficialmente como presidente, en una misión que resultó en la liberación de seis ciudadanos estadounidenses y el compromiso del líder chavista de financiar los vuelos de deportación.
Este acuerdo ha generado indignación en la diáspora venezolana, que ve con preocupación cómo la administración Trump prioriza negociaciones con un régimen al que antes calificaba de ilegítimo.
Vidas en riesgo: el drama de los deportados:
“¿Quién desarma una vida en dos meses? Es una crueldad”, expresó González, una manicurista venezolana residente en Doral, la zona con mayor concentración de venezolanos en EE.UU.
Con lágrimas en los ojos, relató que gracias al TPS pudo establecer un pequeño negocio de servicios a domicilio, mientras que su esposo trabaja en una fábrica de jugos. Juntos sostienen a sus dos hijos de 10 y 15 años.
Su protección migratoria, al igual que la de otros 270.000 venezolanos que obtuvieron el TPS en 2021, expirará en septiembre de 2025. Sin embargo, aquellos que lo recibieron en 2023 tienen solo hasta el 2 de abril para salir del país.
El pasado jueves, Trump revocó la extensión del TPS hasta octubre de 2026, aprobada previamente por el expresidente Joe Biden.
“El TPS beneficiaba a dos grupos de venezolanos. El primero vence en abril, pero pensábamos que lo extenderían seis meses más para evaluar la situación. El otro se vence en septiembre”, explicó el abogado Ángel Leal.
Para muchos, la incertidumbre es total. María Villarroel, una universitaria de 22 años, teme por la suerte de sus primos, quienes podrían ser deportados a partir de abril. “Saben que vivirían aterrorizados en Venezuela”, confesó.
“Siento que este país ha tomado un rumbo que me desmoraliza”, agregó Villarroel, preocupada por el futuro de su comunidad.
Acciones legales para detener las deportaciones:
El grupo Caucus Venezolano-Americano anunció que presentará demandas para intentar revertir la decisión de Trump y extender el TPS, que otorga protección a ciudadanos de países afectados por conflictos o crisis humanitarias.
“No están solos. Vienen días oscuros, pero nosotros y muchas organizaciones de migrantes llevaremos esto a los tribunales para que sea la ley, y no un presidente, quien decida”, declaró Adelys Ferro, presidenta del Caucus.
Ferro advirtió que las condiciones en Venezuela han empeorado, y como prueba mencionó el aumento de presos políticos tras las elecciones de julio pasado.
Mientras tanto, miles de venezolanos en EE.UU. viven en zozobra. Aquellos que construyeron una vida en este país ahora enfrentan la dolorosa posibilidad de ser deportados a un lugar del que huyeron por persecución, pobreza y violencia.
La incertidumbre es total y el reloj sigue corriendo.