Memphis, Tennessee — Luego de semanas de tensión, incertidumbre y debates políticos, los miembros de la Junta Escolar de las Escuelas del Condado de Memphis-Shelby (MSCS, por sus siglas en inglés) celebran una breve pero significativa victoria: los controvertidos proyectos de ley que proponían la intervención directa del Estado en el sistema escolar han fracasado, al menos por ahora.
“Estamos muy emocionados. Se trata de nuestros hijos. Se trata de educarlos y de saber que no tenemos que seguir luchando”, expresó visiblemente aliviada Joyce Dorse Coleman, presidenta de la junta escolar. “Ahora podemos centrarnos en lo que realmente importa”.
El rechazo de los proyectos no significa, sin embargo, que el distrito esté libre de escrutinio. Legisladores estatales han dejado claro que vigilarán de cerca los resultados de una auditoría financiera que fue recientemente aprobada por los comisionados del condado de Shelby. La auditoría, con un presupuesto de 6 millones de dólares, comenzará tras la entrada en vigor del nuevo presupuesto estatal en julio.
La senadora estatal Raumesh Akbari, una de las voces claves en este proceso, enfatizó que el enfoque de la auditoría no será el rendimiento académico, sino la administración de los fondos públicos. “Necesitamos ver los resultados antes de considerar cualquier intervención”, afirmó. “La ley que promovía la intervención está muerta… al menos por un año”.
La MSCS ha enfrentado una serie de turbulencias internas, incluyendo la reciente y polémica destitución de la exsuperintendente Dra. Marie Feagins. A pesar de esto, los líderes del distrito han optado por enviar un mensaje de unidad y determinación.
“Puede que no estemos donde algunos quisieran en cuanto al liderazgo del distrito”, reconoció Michelle McKissack, representante del Distrito 1. “Pero aquí estamos, y debemos mirar hacia adelante. El nuevo año escolar se acerca, y debemos estar preparados”.
McKissack también hizo un llamado a la reflexión interna: “Ya sea por una toma de control estatal o por una desconexión con la comunidad, el daño puede ser igual. Esta junta necesita responder con responsabilidad y empatía”.
Aunque el riesgo de una intervención no ha desaparecido por completo, MSCS cuenta ahora con un periodo de gracia para recomponer el rumbo. Con Rod Richmond como nuevo superintendente interino, el desafío será recuperar la confianza pública y demostrar que el distrito puede gobernarse a sí mismo con integridad.
“Podemos estar de acuerdo o no con cómo se eligió a Richmond, pero necesitamos que tenga éxito. Porque si él fracasa, nuestros estudiantes también lo harán”, concluyó la senadora Akbari, recordando que la educación pública no puede ser rehén de divisiones políticas.
Mientras tanto, las familias, maestros y estudiantes del condado observan con atención. Y aunque la tormenta política ha amainado, el verdadero trabajo el de reconstruir la confianza, reforzar la transparencia y garantizar una educación de calidad apenas comienza.