Tennessee busca castigar a quienes ayuden a inmigrantes indocumentados, incluso con vivienda o refugio

redada en taconeabas febrero 10 2025-1-38

Tennessee vuelve a estar en el centro del debate migratorio con la introducción de dos proyectos de ley que han generado controversia por su impacto directo sobre comunidades inmigrantes y organizaciones humanitarias. Las propuestas, HB0322 y HB0811, endurecen las medidas legales contra personas y entidades que brinden ayuda a inmigrantes indocumentados, incluso si se trata de asistencia humanitaria.

HB0322: Criminalización del “albergue” a indocumentados:

La propuesta de ley HB0322 establece el nuevo delito de tráfico de personas, y va más allá al criminalizar el acto de albergar, ocultar o ayudar a ocultar a una persona que ha ingresado o permanece ilegalmente en los Estados Unidos, dentro del estado de Tennessee. El lenguaje de la propuesta es amplio y preocupante: incluso aquellos que “deberían haber sabido” el estatus migratorio de un individuo podrían enfrentar cargos criminales.

Además, esta legislación autoriza al fiscal general del estado a iniciar acciones legales contra individuos u organizaciones que hayan cometido o estén por cometer un delito de trata de personas o trata agravada. Este detalle pone bajo la lupa a iglesias, albergues, grupos de derechos civiles y ciudadanos comunes que, con o sin intención, hayan brindado apoyo a inmigrantes.

HB0811: Riesgos legales para organizaciones benéficas

La propuesta HB0811 introduce una nueva forma de responsabilidad legal para organizaciones sin fines de lucro. Bajo esta legislación, si una organización benéfica proporciona vivienda a una persona indocumentada, y esta persona llega a cometer un delito penal, la organización podría ser considerada legalmente responsable por los daños, pérdidas, lesiones o muertes derivadas del delito, siempre que su conducta sea calificada como negligente, gravemente negligente o incluso malintencionada y temeraria.

En otras palabras, si una persona sin estatus legal comete un crimen mientras recibe servicios de vivienda, la organización que lo acogió podría enfrentar demandas o sanciones, lo que pone en peligro el trabajo de muchas instituciones que brindan ayuda humanitaria sin preguntar por el estatus migratorio de quienes acuden a ellas.

¿Quiénes están en la mira?

Estos proyectos de ley parecen dirigidos, de manera indirecta, a organizaciones religiosas, albergues de emergencia, activistas comunitarios e incluso ciudadanos comunes que ofrecen cobijo o asistencia a personas migrantes. Algunos expertos señalan que estas medidas no solo tienen un efecto legal, sino también un efecto intimidatorio que puede desalentar la solidaridad humana, especialmente en contextos de necesidad urgente.

Activistas y defensores de derechos humanos han criticado las propuestas, señalando que pueden tener efectos devastadores en las comunidades migrantes, aumentar el miedo, y obstaculizar el acceso a servicios esenciales como refugio y atención médica básica. Además, advierten que la ambigüedad legal de los términos “debería haber sabido” y “conducta negligente” abre la puerta a interpretaciones arbitrarias que podrían criminalizar incluso los actos más básicos de compasión.

Un patrón que se repite

Tennessee no es el único estado que ha avanzado en este tipo de legislación. En Texas, una ley similar ha sido objeto de múltiples demandas por parte de organizaciones civiles y ha provocado reacciones desde la comunidad internacional. En ese sentido, los proyectos HB0322 y HB0811 se suman a una tendencia nacional de criminalización de la migración indocumentada y de quienes la acompañan desde el activismo o la asistencia social.

Estas propuestas aún deben avanzar en el proceso legislativo, pero el solo hecho de que estén siendo discutidas es un claro reflejo del clima político actual: uno donde el endurecimiento de políticas migratorias se convierte en bandera electoral, incluso a costa de los derechos humanos y del espíritu de solidaridad que muchas organizaciones encarnan.