Memphis, Tennessee — Lo que comenzó como una operación del Departamento de Seguridad Nacional terminó destapando un cruel y silencioso escenario de maltrato animal en una vivienda del vecindario Nutbush, al noreste de Memphis. Perla Hernández, de 33 años, fue arrestada y ahora enfrenta más de 50 cargos por crueldad animal y dos cargos adicionales por organizar peleas de gallos, luego de que las autoridades descubrieran decenas de aves en condiciones alarmantes en su propiedad.
Según la declaración jurada de la denuncia, los agentes federales ejecutaban una orden de registro el pasado miércoles en una casa ubicada en la cuadra 1200 de Weiner Road, cuando hicieron el perturbador hallazgo en el patio trasero: docenas de gallos, algunos enjaulados, otros atados con cuerdas, y varios con signos claros de preparación para combate.
Un agente de Control de Animales de Memphis, que fue llamado a la escena, reportó haber encontrado un gallo muerto dentro de una jaula y restos óseos de al menos dos aves más, dispersos en el área. “Dos de los gallos tenían el pico limado, a tres les habían removido la cresta y a otros cuatro les habían colocado pesas en las patas”, detalló el informe. Estas modificaciones son comunes en el brutal mundo de las peleas de gallos, con el fin de volver a las aves más agresivas o peligrosas en combate.
En el lugar también se hallaron vitaminas, esteroides y antibióticos, sustancias utilizadas comúnmente para aumentar la resistencia y agresividad de los gallos en este tipo de eventos ilegales.
El Servicio de Animales de Memphis se hizo cargo de 45 gallos, mientras que Hernández, quien era la única adulta presente en la residencia, fue detenida en el lugar. Posteriormente fue liberada bajo una fianza de $10,000 y tiene programada su comparecencia ante el tribunal este viernes 11 de abril.
Hasta el momento, la policía no ha precisado por qué el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ejecutaba una orden de registro en esa vivienda. Este detalle ha despertado interrogantes sobre si existen otras líneas de investigación abiertas en el caso, incluyendo posibles vínculos con actividades delictivas más amplias.
La crueldad en las peleas de gallos no solo es una violación grave de la ley en Tennessee, sino un acto que causa sufrimiento innecesario a los animales, muchas veces utilizado como fachada para otras actividades ilícitas. Este caso vuelve a poner en el foco la necesidad de mayor vigilancia y sanciones más severas para quienes perpetúan estas prácticas.
