Memphis, TN — Eran las 9:00 de la mañana del pasado lunes cuando los golpes en la puerta de una vivienda del área de Memphis interrumpieron la rutina diaria de Teresa (nombre ficticio) Pensó que eran funcionarios del condado de Shelby, pero al abrir, la realidad fue otra. Eran agentes de inmigración. Venían buscando a su sobrino de apenas 10 años.
El niño, que llegó solo a Estados Unidos hace tres años como migrante no acompañado, no estaba en casa. Estaba en la escuela. Pero eso no detuvo a los oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), quienes al enterarse de que el menor se encontraba en clases, afirmaron que irían hasta la institución educativa para localizarlo. “Les dije que él estaba en la escuela y dijeron que irían por él allá. Fue cuando me preocupé de verdad”, contó Teresa a Memphis Noticias, todavía con voz temblorosa.
Alarmada, Teresa contactó inmediatamente a la escuela para advertirles lo que estaba ocurriendo. Aparentemente, la institución actuó de forma preventiva, evitando así que los agentes federales lograran su objetivo ese día.
El miedo como compañero de infancia:
El menor, según relata su tía, tiene un permiso de trabajo vigente y un número de seguro social. Sin embargo, uno de los agentes le habría dicho que esos documentos “no garantizan su permanencia en el país”.
“¿Qué sentido tiene entonces otorgar documentos si luego los van a perseguir como delincuentes?”, se preguntó Teresa. Asegura que el niño está confundido y asustado. “Él me dice: ‘Ya tengo dónde esconderme’. Eso duele, porque los niños no deciden su destino. Ellos no eligen dejar su tierra ni cruzar fronteras. ¿Cómo se le explica a un niño que lo está buscando la policía?”, expresó entre lágrimas.
La historia de este niño no es un caso aislado. En los últimos años, varios reportes han documentado redadas y detenciones de menores migrantes no acompañados, incluso después de haber sido entregados a tutores legales por el sistema federal. En 2023, el medio ProPublica reveló que ICE había intentado arrestar a adolescentes que fueron traídos al país siendo menores, aunque actualmente se encuentran inscritos en escuelas o trabajando legalmente bajo protecciones temporales como DACA o programas de asilo en trámite.
En Texas, por ejemplo, un niño hondureño de 12 años fue detenido en un centro de detención del ICE en 2022, a pesar de que ya vivía con su madre y tenía pendiente una audiencia de inmigración. Otro caso en California alertó a la comunidad cuando agentes intentaron detener a una joven salvadoreña de 14 años afuera de su escuela, generando protestas de padres y maestros.
¿Hacia dónde vamos?
Estas acciones han generado preocupación entre organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, que cuestionan la legalidad y humanidad de perseguir a menores que, muchas veces, huyen de la violencia y buscan protección en Estados Unidos.
“El sistema no está protegiendo a los niños como debería. Los están criminalizando”, comentó a Memphis Noticias una abogada local de inmigración que pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad.
Teresa, por su parte, solo pide que se respete la dignidad de su sobrino. “Un niño necesita cuidado, no miedo. Esto no puede seguir pasando”.
