Más de 40 billones de galones de lluvia azotan el sureste de EE. UU. tras el huracán Helene

Una combinación de fenómenos meteorológicos extremos dejó caer más de 40 billones de galones de agua sobre el sureste de Estados Unidos la semana pasada, debido al huracán Helene y una tormenta previa. Esta cantidad colosal ha sorprendido a los expertos y causado daños devastadores en la región.

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Para ponerlo en perspectiva, esa cantidad de agua podría llenar el estadio de los Dallas Cowboys 51.000 veces o cubrir el estado de Carolina del Norte con una capa de 3,5 pies (más de 1 metro) de profundidad. Además, equivale a llenar más de 60 millones de piscinas olímpicas.

“Es una cantidad astronómica de precipitación”, comentó Ed Clark, director del Centro Nacional del Agua de la NOAA. “En mis 25 años de carrera en el servicio meteorológico, nunca he visto algo de esta magnitud en términos de extensión geográfica y volumen de agua”.

Las inundaciones han causado estragos, con más de 100 víctimas mortales reportadas por las autoridades.

El meteorólogo Ryan Maue, ex científico jefe de la NOAA, calculó que la cantidad de lluvia hasta el domingo ascendió a 40 billones de galones, afectando gravemente a Georgia, Tennessee, las Carolinas y Florida. De esa cifra, 20 billones fueron atribuidos al huracán Helene. Clark confirmó que estos cálculos son precisos y, de hecho, conservadores.

Clark subrayó que esta cantidad de lluvia es más del doble del volumen de agua almacenada en los embalses de los lagos Powell y Mead, dos de los principales depósitos de la cuenca del río Colorado.

Los meteorólogos coinciden en que la catástrofe fue el resultado de la combinación de varios sistemas de tormentas. Antes de la llegada de Helene, un sistema de baja presión había quedado estacionado sobre el sureste, trayendo consigo abundante humedad del Golfo de México. Una tormenta casi tropical también contribuyó, descargando hasta 20 pulgadas de lluvia en Carolina del Norte, según la climatóloga estatal Kathie Dello.

Helene, descrita como una de las tormentas más grandes de las últimas dos décadas, se desplazó rápidamente hacia los Apalaches, dejando caer grandes cantidades de lluvia. La interacción entre las montañas y las tormentas intensificó la precipitación, exacerbando el desastre.

En Carolina del Norte, las mediciones más altas registraron hasta 31,33 pulgadas de lluvia en Busick, y Mount Mitchell recibió más de 2 pies de precipitación.

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Clark reflexionó sobre el aumento de las precipitaciones extremas en los últimos años, mencionando eventos como los huracanes Harvey y Florence, y otros episodios aislados en Kentucky y Dakota del Sur. “Estamos viendo año tras año cómo medimos la lluvia en pies”, señaló.

A medida que el clima cambia, las tormentas se están volviendo más intensas. Según Dello y Corbosiero, el aire más cálido retiene más humedad, lo que aumenta la cantidad de lluvia. Un análisis preliminar realizado por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley sugiere que el cambio climático incrementó la precipitación de Helene en un 50% en algunas zonas.

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Para Dello, los efectos del cambio climático son evidentes. “Antes, una tormenta tropical causaba daños menores, pero ahora estamos viendo una destrucción apocalíptica”.