Una serie de tormentas severas azotaron el sur de Estados Unidos, causando inundaciones y daños por vientos destructivos. En Nueva Orleans y sus alrededores, edificios fueron arrasados, dejando a personas heridas pero afortunadamente sin víctimas mortales.
En Slidell, Luisiana, se reportaron varias personas heridas y daños significativos en propiedades. En Mississippi, una persona falleció y hubo daños en 72 viviendas. Texas también sufrió, con rescates y daños materiales en varias áreas. Aunque se produjeron heridas menores, no se reportaron muertes en Texas.
La situación más crítica se vivió en Kirbyville, donde las inundaciones desplazaron a unas 50 personas de sus hogares. En Houston, un taller y un centro comercial sufrieron daños. En Port Arthur, Texas, una iglesia fue gravemente afectada. Además, en el condado de Yazoo, Mississippi, se emitió una advertencia urgente de evacuación debido al riesgo de rotura de un dique.
