Nuevas restricciones fronterizas de Biden desatan controversia y desafíos legales

El presidente Biden firmó el martes una proclama cerrando la frontera de Estados Unidos con México entre los puertos de entrada oficiales mientras los cruces sean elevados. Esta medida tiene como objetivo dificultar que las personas que cruzan ilegalmente soliciten asilo. Según una nueva norma provisional emitida por la administración Biden, el presidente puede imponer restricciones fronterizas cuando el promedio de arrestos fronterizos supere los 2,500 migrantes durante siete días consecutivos. Esta norma también eleva el umbral para una solicitud de asilo en la frontera, requiriendo una probabilidad razonable de enfrentar tortura en su país de origen en lugar de solo una posibilidad razonable.

Las restricciones se mantendrán hasta dos semanas después de que el número de cruces detenidos en la frontera caiga por debajo de 1,500 durante más de una semana. Históricamente, durante la mayor parte de los últimos nueve años, las detenciones fronterizas no han bajado de 1,500 por día. Los funcionarios de la administración sostienen que estas medidas aumentarán significativamente la velocidad y el alcance de las consecuencias para quienes crucen ilegalmente, permitiendo una expulsión más rápida de aquellos que no establezcan una base legal para permanecer en Estados Unidos.

Las restricciones no se aplicarían a quienes ingresen por los puertos de entrada oficiales o utilicen otros medios legales, incluidos aquellos que utilizan una aplicación móvil para solicitar una cita. También eximirían a ciertos grupos, incluidos los niños no acompañados, las víctimas de formas graves de trata, y las personas con emergencias médicas extremas o amenazas extremas a la vida y la seguridad.

Los funcionarios de la administración defendieron sus esfuerzos para asegurar la frontera, argumentando que han devuelto a más inmigrantes en los últimos 12 meses que en cualquier año desde 2010. Sin embargo, también señalaron que el Congreso no ha aprobado un proyecto de ley bipartidista que proporcionaría más recursos y autoridad para controlar la frontera, culpando a los republicanos por esta inacción.

El presidente Biden se basa en dos disposiciones de la ley de inmigración para justificar sus acciones ejecutivas, incluyendo la sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permite a un presidente suspender la entrada de individuos o clases de migrantes si es de interés nacional. Esta sección fue utilizada anteriormente por Trump para reforzar sus prohibiciones de viaje, las cuales fueron impugnadas pero finalmente confirmadas en una versión revisada por la Corte Suprema.

El senador de California Alex Padilla, un demócrata que preside el subcomité Judicial del Senado sobre inmigración, ciudadanía y seguridad fronteriza, criticó la decisión de Biden, argumentando que no solo sería ineficaz sino que también socavaría los valores estadounidenses y abandonaría las obligaciones de proporcionar refugio a personas que huyen de la persecución, violencia y autoritarismo.

Buscar asilo es un derecho según la Ley federal de Inmigración y Nacionalidad y el derecho internacional. Este aspecto legal fue problemático para los esfuerzos de la administración Trump y también podría complicar la última orden de Biden. Stephen Yale-Loehr, profesor de derecho de inmigración en la Facultad de Derecho de Cornell, sugirió que la sección 208 del estatuto de inmigración permite explícitamente solicitar asilo, independientemente de cómo se llegue a Estados Unidos, lo que podría desafiar la aplicación de la sección 212(f).

La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) planea impugnar la orden ejecutiva en los tribunales. Amy Fischer, directora de Derechos de Refugiados y Migrantes de Amnistía Internacional Estados Unidos, criticó la acción, afirmando que promueve una política basada en ideas supremacistas blancas y establece un peligroso precedente al imponer un límite numérico de asilo.

Chad Wolf, ex jefe del Departamento de Seguridad Nacional en la administración Trump, expresó escepticismo sobre la efectividad del plan fronterizo de Biden, argumentando que llega “demasiado poco y demasiado tarde”. Las encuestas muestran que muchos votantes consideran la inmigración y la frontera como un tema prioritario, y es una área donde Trump es calificado más favorablemente que Biden.