Nashville, Tennessee – El rugido de los claxonazos se mezclaba con las voces que, firmes y decididas, gritaban: “¡Los inmigrantes pertenecen!”. Casi 200 personas se congregaron la tarde del 17 de mayo en la intersección de Nolensville Road y Harding Pike, al sur de Nashville, para protestar contra lo que llaman una campaña de “terror” impulsada por agentes de ICE y la Patrulla de Carreteras de Tennessee.
La protesta se da luego de dos semanas de operativos de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que han dejado un saldo de 196 inmigrantes arrestados en distintas zonas de Nashville. Las redadas, iniciadas el 4 de mayo, han generado miedo, rabia e incertidumbre en la comunidad, particularmente entre trabajadores y familias latinas.
Convocados por el Partido para el Socialismo y la Liberación (PSL, por sus siglas en inglés), los manifestantes alzaron carteles con frases como: “Jesús fue un inmigrante”, “¿No tengo derecho al debido proceso?” y “Los inmigrantes pertenecen”. Muchos se ubicaron justo en la esquina donde, hace dos semanas, comenzó la primera ola de detenciones.
“ICE y la Patrulla de Carreteras de Tennessee han estado aterrorizando a la clase trabajadora de Nashville”, expresó Lindy Drolsum, miembro del PSL, desde un megáfono que apenas lograba imponerse al sonido de los autos que pasaban tocando la bocina en señal de apoyo. “Han estado discriminando racialmente a nuestra comunidad, utilizando infracciones menores de tránsito como excusa para detener a la gente”.
Drolsum también fue clara al señalar el motivo personal de su participación: vive dentro del distrito representado por el congresista republicano Andy Ogles, quien ha respaldado públicamente los operativos y ha pedido al Congreso investigar al alcalde de Nashville, Freddie O’Connell, y a otros funcionarios locales, por supuestamente interferir con las acciones del ICE.
Ogles incluso compartió el volante de la protesta en redes sociales, etiquetando la cuenta oficial del ICE y escribiendo: “Deberían traer agentes”. Para muchos activistas, esto representó un intento de intimidación y una amenaza directa al derecho constitucional de protestar pacíficamente.
“Esto es una clara intimidación”, respondió Drolsum. “Algunos tenemos documentación y por eso debemos usar ese privilegio. Hay muchos que no pueden venir. Se les escucha pasar en sus carros, tocando la bocina. Tienen miedo de salir de casa. Por eso es tan importante que quienes podamos alcemos la voz”.
Uno de los testimonios más conmovedores del día vino de Tanya Williams, madre de familia y miembro de Indivisible Tennessee, quien portaba una pancarta con la frase “Sendero de Lágrimas 2025”, una referencia directa al desplazamiento forzado de pueblos indígenas, ahora reimaginado como una crítica al trato que reciben las comunidades migrantes.
“Soy madre”, dijo, negando con la cabeza mientras hablaba. “Esto no está bien. Están separando familias y acorralándolas como ganado. Es inhumano”.
Ante las acusaciones de discriminación, el Departamento de Seguridad Nacional de Tennessee, encargado de supervisar a la Patrulla de Carreteras del estado (THP), emitió un comunicado defendiendo la actuación de sus agentes: “Rechazamos categóricamente cualquier sugerencia de que nuestros agentes participen en discriminación racial o persigan a personas por su etnia, raza u origen nacional”.
Sin embargo, en las calles de Nashville, los testimonios hablan por sí solos. Y mientras las autoridades niegan señalamientos, los manifestantes siguen denunciando lo que para ellos es una realidad diaria: el miedo de vivir en su propia ciudad.
Porque, como dijo Drolsum en medio del bullicio de la protesta, “estos son nuestros amigos, nuestros vecinos, las personas que hacen de Music City el gran lugar que es. Pero ICE no lo ve así. Dicen que están limpiando la ciudad. ¿Limpiándola de quién?”
Historia publicada originalmente por The Tennessean