Jackson la ciudad capital de Mississippi está lidiando con múltiples problemas de agua: demasiado agua en el suelo después de las fuertes lluvias de la semana pasada, y no llega suficiente agua segura a través de las tuberías para que la gente la use para el consumo diario.

Partes de Jackson estaban sin agua corriente el martes porque las inundaciones exacerbaron problemas de larga data en una de las dos plantas de tratamiento de agua. La ciudad de 150.000 habitantes ya había estado bajo aviso de hervir el agua durante un mes porque el Departamento de Salud encontró agua turbia que podría causar problemas digestivos.

“Nos están imposibilitando hacer negocios en Jackson, Mississippi”, dijo el propietario del restaurante Derek Emerson a The Associated Press el martes. Emerson y su esposa, Jennifer, son dueños del exclusivo Walker’s Drive-In. Dijo que han estado gastando $300 por día en agua embotellada en el último mes.

El gobernador de Mississippi, Tate Reeves, dijo el lunes por la noche que declarará el estado de emergencia para el sistema de agua de Jackson, y emitió la proclamación el martes. El estado intentará ayudar a resolver los problemas mediante la contratación de contratistas para trabajar en la planta de tratamiento, que estaba operando a una capacidad reducida con bombas de respaldo después de que las bombas principales fallaron “hace algún tiempo”, dijo Reeves.

El alcalde Chokwe Antar Lumumba dijo que el sistema de agua de Jackson tiene problemas por la falta de personal y “décadas de mantenimiento diferido”.

Lumumba es demócrata y no fue invitado a la conferencia de prensa del lunes por la noche del gobernador republicano, otra indicación de la tensión entre dos políticos que a menudo están en desacuerdo.

Al igual que muchas ciudades, Jackson enfrenta más problemas en el sistema de agua de los que puede permitirse solucionar. Su base imponible se ha erosionado en las últimas décadas a medida que disminuyó la población, como resultado de la huida de la mayoría de los blancos a los suburbios que comenzó después de la integración de las escuelas públicas en 1970. La población de la ciudad ahora es más del 80% negra, con aproximadamente el 25% de sus residentes viviendo en la pobreza

La baja presión del agua dejó a algunas personas sin poder ducharse o tirar de la cadena del inodoro y las autoridades dijeron que la baja presión causó preocupación por la extinción de incendios. A los que tenían agua saliendo del grifo se les dijo que la hirvieran para matar las bacterias que podrían enfermarlos.

“El agua no es segura para beber, e incluso diría que no es segura para cepillarse los dientes”, dijo el lunes el oficial de salud estatal, el Dr. Dan Edney.

Las escuelas de Jackson impartieron clases en línea el martes y algunos restaurantes cerraron. Jackson State University trajo baños temporales para los estudiantes, y el entrenador de fútbol de Jackson State, Deion Sanders, dijo que la crisis del agua dejó a sus jugadores sin aire acondicionado ni hielo en sus instalaciones de práctica. En un video que uno de sus hijos publicó en las redes sociales, Sanders, también conocido como Coach Prime, dijo que quería trasladar a los jugadores a un hotel para que pudieran ducharse.

“Vamos a encontrar un lugar para practicar, encontrar un lugar que pueda acomodar cada maldita cosa que necesitamos y deseamos ser quienes deseamos ser, y eso es dominar”, dijo Sanders. “El diablo es una mentira. No nos va a atrapar hoy, bebé”.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo a los periodistas el martes que el gobierno federal está preparado para ayudar a Mississippi a responder a la crisis del agua.

“Estamos listos y estamos ansiosos por ayudar tan pronto como recibamos una solicitud oficial del estado”, dijo a los periodistas a bordo del Air Force One. Ella dijo que el estado no ha pedido ayuda a FEMA con el transporte de agua potable en camiones, y se negó a decir por qué.

“No puedo hablar por el estado de Mississippi. Tendrías que preguntarles a ellos”, dijo. Jean-Pierre dijo que los funcionarios de la Casa Blanca han estado en contacto con los funcionarios locales y el Departamento de Salud del estado, pero no tenían detalles sobre las llamadas entre el presidente Joe Biden y los funcionarios locales o estatales.

Reeves dijo que la Agencia de Manejo de Emergencias de Mississippi comenzará a distribuir agua potable y agua no potable, y activó a la Guardia Nacional para ayudar.

Los problemas en la planta de tratamiento de agua se produjeron después de que la ciudad pareció evitar en gran medida las inundaciones generalizadas de un río Pearl crecido por días de fuertes lluvias. Una casa se inundó el lunes, pero el alcalde dijo que el agua no subió tanto como se esperaba. Las proyecciones anteriores mostraban que entre 100 y 150 edificios en el área de Jackson enfrentaban la posibilidad de inundaciones.

El Servicio Nacional de Meteorología dijo que el río Pearl alcanzó la cima el lunes a unos 10,8 metros (35,4 pies). Eso está por debajo del nivel de inundación principal de 36 pies (10,97 metros). Partes de Jackson se inundaron en 2020 después de que el río superara ese nivel.

Jackson tiene dos plantas de tratamiento de agua, y la más grande está cerca de un embalse que proporciona la mayor parte del suministro de agua de la ciudad. El embalse también tiene un papel en el control de inundaciones.

El alcalde dijo que la baja presión del agua podría durar unos días.

“Con lo que lo comparo es si estuvieras bebiendo de un vaso de espuma de poliestireno, alguien le hace un agujero en el fondo, estás constantemente tratando de llenarlo mientras se está acabando constantemente en el fondo”, dijo Lumumba.

Jackson tiene problemas de larga data con su sistema de agua. Una ola de frío en 2021 dejó a un número significativo de personas sin agua corriente después de que las tuberías se congelaran. Problemas similares volvieron a ocurrir a principios de este año, en menor escala.

Lumumba dijo la semana pasada que arreglar el sistema de agua de Jackson podría costar $200 millones. Eso es más del doble de los $75 millones que todo el estado está recibiendo para abordar los problemas de agua como parte de un proyecto de ley de infraestructura bipartidista.