El Gobierno del presidente Trump ha decidido reactivar una práctica que parecía ya superada: las llamadas “verificaciones vecinales” para quienes solicitan la ciudadanía estadounidense. Así lo confirma un nuevo memorando del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), difundido recientemente.
Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para endurecer el escrutinio sobre inmigrantes. Apenas semanas atrás, el mismo organismo anunció que evaluará a solicitantes de residencia y trabajo en EE.UU. a través de pruebas de “antiamericanismo”, lo que incluye la revisión de redes sociales. Una política que ha despertado preocupación en defensores de derechos humanos y abogados de inmigración.
Las verificaciones, según el memorando, implican visitas y consultas sobre el lugar de residencia y empleo del solicitante, un procedimiento que en años recientes había sido prácticamente descartado. Antes, USCIS se apoyaba sobre todo en revisiones biométricas y antecedentes penales.
“El USCIS está trabajando para garantizar que solo los solicitantes más calificados reciban la ciudadanía estadounidense”, declaró Joe Edlow, director interino de la agencia, en un comunicado oficial.
El memorando cita la autoridad legal que tiene USCIS bajo la sección 335(a) de la Ley de Inmigración y Naturalización (INA). Con esta decisión se elimina la exención general que existía para las investigaciones vecinales y se establece que la medida será aplicada de inmediato.
De acuerdo con la directriz, la intención es confirmar que los extranjeros que busquen naturalizarse cumplan no solo con los requisitos legales, sino también con lo que el documento describe como “pleno apego a los principios de la Constitución” y una “buena disposición hacia el orden y la prosperidad de Estados Unidos”.
El texto agrega que la agencia podrá decidir de manera individual y discrecional si aplica o no la verificación vecinal, tras revisar la evidencia en cada expediente.
Mientras tanto, voces de la comunidad inmigrante advierten que este regreso a prácticas del pasado podría abrir la puerta a inspecciones arbitrarias y a un ambiente de desconfianza hacia quienes intentan dar un paso tan significativo como convertirse en ciudadanos estadounidenses.
La noticia, reportada inicialmente por CBS, marca un nuevo capítulo en la serie de medidas restrictivas que caracterizaron a la administración Trump en su trato hacia inmigrantes. Y deja sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿es un proceso de seguridad nacional o un obstáculo más para quienes buscan integrarse plenamente a la sociedad estadounidense?







