Memphis, TN — El sonido de los tambores, los cánticos y las bocinas llenó el aire en el cruce de Poplar y Highland este 18 de octubre. Miles de personas se congregaron en el este de Memphis como parte de la jornada nacional de protesta “Sin Reyes”, una movilización que reunió a millones en todo Estados Unidos en rechazo a las políticas de la administración del presidente Donald Trump.
Entre banderas, carteles y música, los manifestantes transformaron el parque en un espacio de unidad y resistencia. Conductores que pasaban por el área tocaban la bocina en señal de apoyo, mientras que varias organizaciones, como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y los Socialistas Demócratas de América (DSA), instalaron carpas en el césped para dialogar con los asistentes y ofrecer información sobre derechos civiles.
Pero más allá de la celebración, el mensaje fue claro. Muchos participantes expresaron su rechazo a la presencia de agencias federales en la ciudad, incluyendo a la Guardia Nacional y al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), desplegadas como parte del llamado Grupo de Trabajo para la Seguridad de Memphis.
“No queremos que ICE secuestre a nuestros vecinos y amigos aquí”, dijo Paul Klein, residente de Cordova, quien asistió junto a su esposa, Cynthia. “No nos gusta la idea de que envíen tropas de la Guardia Nacional a nuestras ciudades”.
El evento también contó con la participación de líderes comunitarios y funcionarios electos. El representante estatal de Tennessee, Justin J. Pearson, tomó el micrófono y habló sobre la importancia de la jornada:
“Este es uno de los días más inspiradores que recuerdo”, afirmó. “Es una hermosa coalición de personas de diferentes razas, culturas e identidades, unidas por la democracia, y eso es poder”.

La movilización “Sin Reyes” busca enviar un mensaje nacional de resistencia pacífica y de defensa de los valores democráticos. En ciudades de todo el país —desde Los Ángeles hasta Nueva York—, multitudes marcharon bajo el mismo lema: nadie está por encima del pueblo.
En Memphis, la energía fue palpable. Era más que una protesta: era una declaración colectiva de dignidad y esperanza.







