Mientras trabajaba en una tranquila mañana de martes, un hombre latino se convirtió en pieza clave para resolver uno de los casos más estremecedores de los últimos días en Tennessee. Desde el bosque, entre sombras y ramas, vio caminar a un hombre que parecía fuera de lugar. Sabía que no era una coincidencia.
“Pensamos que nadie quiere caminar por el bosque en medio de esto. Así que estábamos seguros de que era él. Llamé a la policía inmediatamente, les di su ubicación y todo, y seguí en la línea cuando llegaron. Me alegra mucho que lo hayan atrapado”, declaró el testigo a la emisora 101.5 FM WNMS de Jackson.
Se refería a Austin Drummond, el hombre de 28 años acusado de asesinar brutalmente a cuatro familiares en el condado de Lake la semana pasada, y cuya fuga desató una operación de búsqueda que mantuvo en vilo a la comunidad de Jackson durante días.
Fue cerca de Saddlebrook Drive y Bridlepath Drive donde se vio por última vez al sospechoso. La misma zona donde, minutos después, fue arrestado sin que se reportaran enfrentamientos ni heridos. La Oficina de Investigaciones de Tennessee (TBI, por sus siglas en inglés) compartió en redes sociales una imagen del fugitivo al momento de su detención: rostro exhausto, ropa manchada y la espesa vegetación detrás confirmaban que había estado escondido entre los árboles.
El Departamento de Policía de Jackson (JPPD) confirmó la detención a través de una publicación en Facebook. La noticia trajo alivio, pero no borró la pesadilla de los últimos días.
Las autoridades creen que Drummond mató a cuatro familiares y secuestró a una bebé de apenas siete meses. Horas después, la niña fue encontrada abandonada en una sillita de auto frente a la casa de un desconocido en Tigrett, a casi 40 kilómetros del lugar de los asesinatos. Milagrosamente, estaba ilesa.
El domingo anterior a su captura, cámaras de seguridad lo captaron en la cuadra 700 de Pipkin Road. Llevaba ropa de camuflaje, una mochila al hombro y, lo más alarmante, un rifle. En uno de los videos difundidos por la policía, se le ve intentando abrir la puerta de una vivienda. La imagen no dejó dudas: era peligroso y estaba armado.
Desde temprano el martes, la policía de Jackson advirtió sobre un posible avistamiento del sospechoso y ordenó confinamiento inmediato en la zona de Saddlebrook y Bridlepath. Puertas cerradas, ventanas aseguradas, y calles vacías marcaban la escena.
El despliegue policial fue intenso. Varias arterias principales, como Pleasant Plains Extension y Oil Well Road, fueron bloqueadas. Helicópteros de vigilancia sobrevolaban constantemente, mientras unidades tácticas peinaban el terreno.
La noche anterior, como medida preventiva, la Universidad Union cerró su campus. Estudiantes y personal permanecieron en sus residencias, mientras la incertidumbre crecía con cada hora sin capturarlo.
Aunque la detención se produjo sin violencia, las preguntas apenas comienzan. No se han revelado los detalles exactos del arresto ni los posibles motivos detrás del crimen. Se espera que Drummond enfrente múltiples cargos de asesinato en los próximos días.
Mientras tanto, Jackson intenta recuperar la calma. Vecinos aún conmocionados siguen compartiendo mensajes de alivio, temor y solidaridad en redes sociales. El nombre de Austin Drummond ya forma parte de la historia reciente de Tennessee, como recordatorio de una semana marcada por el miedo, el encierro y la importancia de una comunidad vigilante.
