A menos de tres semanas de que culmine 2021, millones de inmigrantes y grupos que abogan por los indocumentados siguen esperando que los demócratas en el Senado estadounidense consideren una votación sobre una posible reforma migratoria.
Las esperanzas de que este año se apruebe una protección para los indocumentados están puestas en el paquete de gasto social del presidente Joe Biden, que la Cámara de Representantes aprobó el 19 de noviembre y que contiene disposiciones para proteger a inmigrantes.
El paquete social, bautizado como “Build Back Better” (Reconstruir Mejor), está valorado en 1,75 billones de dólares y dedicaría más de 100.000 millones a la inmigración.
El plan aprobado por la Cámara solo incluye un alivio temporal con permisos de trabajo por cinco años y protección contra la deportación pero no incluye una senda a la residencia legal permanente y, eventualmente, la ciudadanía estadounidense.
Los demócratas del Senado han afrontado presiones de grupos que abogan porque se incluya un camino a la ciudadanía en el plan, mientras otros esperan que al menos se considere una votación sobre la propuesta que incluye los beneficios temporales.
AGUARDANDO LA DECISIÓN DE LA PARLAMENTARIA
Unos y otros, así como millones de inmigrantes, siguen esperando que se considere una votación, pero los demócratas, que esperan aprobar el paquete mediante el proceso de reconciliación, han tenido que dar largas para que la parlamentaria del Senado, Elizabeth McDonough, una funcionaria apartidista cuya tarea es la interpretación de las reglas de la Cámara Alta, dé su aval a la propuesta.
“Tenemos que esperar a que esto se complete (el proceso). Va a llevar un poco más de tiempo”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa del lunes ante las preguntas sobre el plan social y la fecha en que el Senado lo votaría.
Miguel Tinker Salas, profesor de Historia y Estudios Latinos en Pomona College, calificó de “lamentable” el retraso de los demócratas del Senado en decidirse a votar.
El catedrático considera que los demócratas se están escondiendo detrás de la figura de McDonough para no responder a los inmigrantes y los grupos que han abogado por la reforma migratoria durante décadas.
IGNORAR Y ACTUAR
McDonough ya ha enfriado las esperanzas de una reforma migratoria al rechazar dos propuestas este año. Sus negativas originaron que varios grupos llamaran a los demócratas del Senado a ignorar su opinión.
Un grupo de congresistas encabezado por Alexandria Ocasio-Cortez se unieron a este pedido argumentando que McDonough no fue elegida por votación popular. También se ha recalcado que los republicanos han ignorado en el pasado las decisiones de esta figura.
La idea ya ha comenzando a calar entre algunos senadores. El vicecoordinador de la mayoría demócrata del Senado, Richard Durbin, un defensor de la reforma migratoria desde hace mucho tiempo, dijo la semana pasada que apoyaría la invalidación de la parlamentaria si esta se pronuncia contra la última propuesta.
Al respecto, Tinker Salas duda que realmente los demócratas puedan tomar esa decisión porque “no hay evidencia” de que quieran asumir el riesgo. Añade que ello daría la excusa a los senadores moderados como Kyrsten Sinema y Joe Manchin para quebrar la “frágil unidad de los demócratas”.
AHORA O NUNCA
Los demócratas siguen enfrentando la presión desde varios frentes, incluso de los miembros de su partido en los estados. Renee Gasch, presidenta del Partido Demócrata del condado de Brown, en Wisconsin, se unió al llamado de la organización Voces de la Frontera.
“La reforma de inmigración pertenece al proyecto de ley Build Back Better y nos solidarizamos con todos los organizadores y demócratas que harán que esto suceda este año, así que ¡hagámoslo!”, dijo Gash.
Los empresarios también están urgiendo una aprobación de un camino a la ciudadanía para los inmigrantes. Steve Stivers, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ohio, dijo en un artículo de opinión en el “Dayton Daily News” que la comunidad empresarial de Ohio aboga por “políticas que hagan crecer la fuerza laboral y nos ayuden a cubrir las vacantes laborales”.
Si se aprueba el permiso temporal, aproximadamente 6,5 millones de personas se beneficiarían directamente, según un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO). Aunque la proyección de la organización FWD.us calcula que 6,8 millones serían favorecidos.
Pero Tinker Salas señala que los permisos de trabajo solo perpetuarán los problemas a los que se enfrentan los indocumentados, como robo de salarios y falta de seguridad laboral y de beneficios.
“No dar un camino a la ciudadanía a los indocumentados es un fracaso para Estados Unidos”, sentenció el catedrático.