Memphis, Tennessee – Las cifras pueden impresionar, pero no siempre cuentan toda la historia. Ese es el mensaje que diversos grupos de defensa y líderes comunitarios en Memphis lanzaron este lunes, al poner en duda la validez de los números presentados por la fiscal federal Pam Bondi sobre la supuesta caída drástica de la delincuencia en la ciudad.
Bondi llegó a Memphis con un mensaje contundente: más de 3,100 arrestos en apenas dos meses desde la llegada del Memphis Safety Task Force. “Los asesinatos han disminuido un 48 % en tan solo 56 días… Los robos un 61 %. Las cifras hablan por sí solas”, afirmó con seguridad. Según su postura, la intervención federal estaría transformando la seguridad en Memphis.
Pero, ¿realmente las cifras hablan por sí solas?
Para organizaciones como Vecindarios 901, algo no cuadra. Su portavoz, María Oceja, fue directa al señalar que las estadísticas presentadas por Bondi carecen de transparencia y podrían estar omitiendo información clave.
“Esto es claramente propaganda del gobierno federal”, aseguró Oceja. “¿Qué porcentaje de esos 3,100 arrestos son de ICE? Han dejado de publicar esas cifras. Mientras presumen números, ocultan detalles sobre quiénes están siendo detenidos y cómo se están realizando estas detenciones. Debemos cuestionar estas estadísticas”.
Oceja sostiene que, más allá de los números, el verdadero impacto del grupo de trabajo federal se siente de otra manera: el miedo que invade a muchas comunidades.
“Las familias están siendo destrozadas por tecnicismos administrativos, no por delitos violentos”, dijo. “Controles de tráfico, detenciones arbitrarias, revisiones migratorias disfrazadas… Y siempre en los mismos barrios: negros y latinos. Esto no construye seguridad pública. La erosiona”.
El representante estatal Justin Pearson también se sumó a las críticas, señalando que las cifras no solo son imprecisas, sino perjudiciales para Memphis.
“La fiscal Bondi está utilizando registros no verificables para exagerar su impacto mientras nuestra ciudad sigue esperando inversiones reales”, dijo en un comunicado. Pearson recordó que la presencia federal ha generado efectos negativos: caída del turismo, empresarios afectados, familias separadas y estudiantes ausentes por miedo.
“Familias han sido separadas por ICE, traumatizadas por agentes en las puertas equivocadas”, enfatizó.
En contraste con la polémica, el alcalde Paul Young presentó el lunes un informe diferente, basado en los datos de la ciudad. Young aseguró que Memphis registró este otoño su menor índice mensual de criminalidad en más de 20 años, producto según él de un conjunto de estrategias locales, programas de cámaras, operaciones policiales y coordinación con el FBI.
Mientras las autoridades federales celebran sus números, organizaciones locales repiten una advertencia: las estadísticas pueden ser útiles, pero también pueden ocultar realidades que no caben en un informe. Y en Memphis, esas realidades hablan de miedo, desconfianza y comunidades que sienten que están pagando un precio demasiado alto.
Al final, la pregunta queda abierta para la ciudad:
¿Se está construyendo seguridad… o apenas una ilusión de ella?







