MEMPHIS, Tennessee — Con la mirada baja y la voz quebrada, Ezekiel Kelly escuchó este miércoles la sentencia que sellará su destino: tres cadenas perpetuas consecutivas sin derecho a libertad condicional, más 221 años de prisión. Su cambio de declaración a “culpable” puso fin al caso que mantuvo a Memphis en vilo desde septiembre de 2022, cuando un violento tiroteo, transmitido parcialmente en vivo, dejó cuatro personas muertas y tres heridas.
El día del ataque, Kelly se desplazó por distintos puntos de la ciudad, disparando y robando vehículos en una ola de violencia que duró horas. Las calles quedaron vacías, los comercios cerraron y la ciudad entera se sumió en el miedo.
El acuerdo que evitó la pena de muerte:
En la corte, Kelly aceptó su responsabilidad por 28 cargos, entre ellos asesinato en primer grado, intento de asesinato, robo de vehículos, terrorismo y uso de armas de fuego para cometer delitos graves. Al aceptar el acuerdo, la Fiscalía retiró la posibilidad de buscar la pena de muerte.
El juez, antes de dictar sentencia, le preguntó varias veces si entendía que estaba renunciando a su derecho a un juicio. Kelly respondió con un repetido “Sí, señor”.
“Estos casos, cuando involucran pena de muerte, pueden tardar décadas en resolverse”, explicó el fiscal de distrito Steve Mulroy. “Hoy las familias de las víctimas tienen cierre. Y la seguridad de que este hombre nunca volverá a ver la luz del día”.
Mulroy fue claro al describir el impacto del crimen: “Este tipo de violencia aleatoria, que aterrorizó a toda una ciudad durante al menos cinco horas, tiene consecuencias. Habrá rendición de cuentas”.
Un pedido de perdón en la sala:
La tensión en la corte se rompió cuando Aubrey Miller, cuñado de una de las víctimas, se dirigió directamente a Kelly, instándolo a entregarle su vida a Jesús. Kelly, visiblemente conmovido, se secó los ojos.
“No tengo nada que decir que devuelva a la familia de nadie, pero todos tenemos que vivir con esto”, expresó Kelly. “Estaba en el momento más oscuro de mi vida. Pido disculpas a las familias. Espero que algún día encuentren en su corazón el perdón”.
Su abogado, Michael Scholl, dijo que Kelly aceptó el acuerdo porque “la vida en prisión es mejor que la tumba” y que, aunque no puede reparar el daño, cerrar el caso era lo único que podía hacer por las familias.
Antecedentes y una liberación que indignó:
Kelly había pasado por el sistema juvenil y abandonado la escuela en su adolescencia. Creció en Raleigh, asistió a la Primaria Coleman y fue criado, según defensores comunitarios, “por las calles”.
Semanas antes del tiroteo, había sido liberado de prisión tras una condena reducida por un caso de intento de homicidio. La liberación anticipada provocó la indignación del alcalde Jim Strickland: “Estas acciones atroces demuestran por qué la verdad en las sentencias es fundamental. No debemos dejarnos aterrorizar por nadie”.
Un juicio que nunca llegó:
El juicio debía comenzar en julio de este año, pero fue aplazado por la defensa, que argumentó que el caso involucraba siete escenas del crimen, tres homicidios y más de 400 posibles testigos.
Finalmente, el acuerdo judicial puso fin a uno de los capítulos más oscuros que ha vivido Memphis en los últimos años. Kelly pasará el resto de su vida tras las rejas, sin opción de libertad.







